Es común que, cuando alguien siente dolor en un tendón, lo primero que escuche sea: «¡Tienes tendinitis!». Sin embargo, este término es a menudo incorrecto o incompleto. Muchas veces, el problema va más allá de una simple inflamación. Estamos hablando de tendinopatías, un término más amplio y preciso para describir el daño y los cambios estructurales que pueden ocurrir en un tendón. A lo largo de este artículo, explicaremos la diferencia entre tendinitis y tendinopatía, por qué es importante identificar correctamente el problema y cómo abordar el tratamiento de forma eficaz.
¿Qué es una tendinopatía?
Las tendinopatías son afecciones que afectan a los tendones, las estructuras que conectan los músculos con los huesos y permiten el movimiento. Estas lesiones pueden presentarse en varias partes del cuerpo, como el tendón de Aquiles, el codo, el hombro, la rodilla, entre otros.
El término «tendinopatía» engloba diferentes tipos de lesiones del tendón, ya sea una inflamación leve, daño estructural, degeneración o microdesgarros. De aquí viene la importancia de no simplificarlo a «tendinitis», ya que la inflamación (lo que implica el sufijo «-itis») es solo una de las muchas fases posibles dentro de la tendinopatía.
Diferencia entre tendinitis y tendinopatía
Tendinitis
La tendinitis hace referencia a la inflamación de un tendón, generalmente causada por una sobrecarga aguda o movimientos repetitivos que llevan al tendón a irritarse. Este proceso inflamatorio puede durar unos días o semanas y, en la mayoría de los casos, responde bien al descanso, antiinflamatorios y terapias físicas. Sin embargo, en las tendinopatías crónicas, la inflamación no es el factor principal.
Tendinopatía
En cambio, una tendinopatía crónica no suele implicar inflamación en su etapa avanzada. Con el tiempo, los tendones pueden sufrir cambios degenerativos debido al estrés mecánico repetitivo, lo que conduce a la desorganización de las fibras de colágeno que forman el tendón, la aparición de microdesgarros y el engrosamiento del tendón. En esta fase, no hay una inflamación activa, sino más bien una degeneración del tejido, conocida como tendinosis.
Es fundamental entender esta diferencia, ya que el tratamiento de una tendinitis inflamatoria aguda y una tendinopatía crónica degenerativa no es el mismo. La falta de diagnóstico adecuado puede llevar a tratamientos ineficaces e incluso empeorar la situación.
Causas comunes de las tendinopatías
Las tendinopatías generalmente se desarrollan debido a una combinación de factores. Entre los más comunes se incluyen:
- Sobrecarga o sobreuso: Movimientos repetitivos o una carga excesiva pueden causar microtraumatismos en los tendones, especialmente si no hay suficiente tiempo para la recuperación.
- Técnica inadecuada: Realizar ejercicios o movimientos con una técnica incorrecta puede poner estrés innecesario sobre los tendones.
- Envejecimiento: Con la edad, los tendones pierden elasticidad y resistencia, lo que los hace más propensos a las lesiones.
- Factores biomecánicos: Desequilibrios musculares, falta de flexibilidad o problemas de alineación (como pies planos) pueden aumentar el riesgo de desarrollar tendinopatías.
- Factores sistémicos: Algunas condiciones, como la diabetes, pueden predisponer a las personas a sufrir problemas tendinosos.
Síntomas de una tendinopatía
A diferencia de la tendinitis, que suele ser dolorosa desde el principio, las tendinopatías pueden comenzar de manera sutil y empeorar progresivamente. Algunos síntomas comunes son:
- Dolor localizado en el tendón afectado, que suele empeorar con la actividad.
- Rigidez en la articulación después de periodos de descanso.
- Sensibilidad al tacto o presión sobre el tendón.
- Hinchazón leve o engrosamiento del tendón en fases avanzadas.
- Debilidad o disminución del rango de movimiento en la zona afectada.
Es importante que, ante la aparición de estos síntomas, se acuda a un fisioterapeuta o un médico para obtener un diagnóstico adecuado.

Tratamiento de la tendinopatía
El tratamiento de la tendinopatía se centra en la regeneración y fortalecimiento del tendón afectado, además de corregir los factores biomecánicos que puedan haber provocado la lesión. A continuación, te explicamos los principales enfoques:
1. Reposo y modificación de la actividad
En las primeras fases, reducir la carga sobre el tendón afectado es crucial. Esto no significa necesariamente un reposo completo, pero sí la modificación de actividades para evitar un mayor daño.
2. Ejercicio terapéutico
El ejercicio es fundamental en el tratamiento de las tendinopatías. Los programas de ejercicios excéntricos, en los que el músculo se alarga mientras está bajo tensión, han demostrado ser muy eficaces en la reparación del tendón. Estos ejercicios ayudan a reorganizar las fibras de colágeno y mejorar la resistencia del tendón.
3. Terapia manual
Las técnicas de fisioterapia manual, como el masaje transverso profundo y las movilizaciones articulares, pueden ayudar a mejorar la circulación en el tendón y aliviar el dolor.
4. Electroterapia y técnicas invasivas
La electroterapia, como el ultrasonido o la terapia láser, puede ser útil para acelerar la curación en fases iniciales. En casos más severos, se puede recurrir a técnicas invasivas, como las infiltraciones con plasma rico en plaquetas (PRP) o la electrólisis percutánea, que estimulan la regeneración del tejido tendinoso.
5. Corrección de factores biomecánicos
Es fundamental identificar y corregir los desequilibrios musculares o problemas biomecánicos que contribuyeron a la lesión. Esto puede incluir trabajar en la movilidad articular, el fortalecimiento muscular o el uso de plantillas ortopédicas.
¿Por qué evitar pensar que es solo tendinitis?
Si bien la palabra tendinitis es ampliamente utilizada, no siempre refleja con precisión lo que está ocurriendo en el tendón. La confusión entre tendinitis y tendinopatía puede llevar a un tratamiento inadecuado, como el uso excesivo de antiinflamatorios o el reposo prolongado, lo cual no siempre es beneficioso. En realidad, muchas tendinopatías requieren un enfoque más activo, basado en ejercicios de carga progresiva para reparar el tendón.
Entender que una tendinopatía no es solo inflamación, sino un proceso degenerativo, te ayudará a tomar decisiones más acertadas en cuanto a tu tratamiento. Un fisioterapeuta especializado puede guiarte en el proceso de recuperación, asegurándose de que tu tendón se recupere de forma óptima.
Conclusión
Las tendinopatías son afecciones complejas que van más allá de una simple tendinitis. Es crucial comprender la diferencia entre ambos términos para abordar correctamente el problema y evitar que se convierta en una condición crónica. Si sufres dolor en un tendón, acude nuestro centro MeTherapy Fisioterapia en Valencia que te ayudaremos a diagnosticar y tratar la lesión con un enfoque adecuado, basado en la regeneración del tendón y la prevención de futuras lesiones.